Hace un tiempo hice estas notas y las compartí con varios de
ustedes. Aquí va nuevamente para decirles como vemos la vida los viejos.
Pensares
¿Y cómo fuimos? Persiguiendo al perro, jugando a la pega, mirando las mariposas,
tirando juguetes, subiendo al árbol, nos la pasamos jugando de niños, también aprendiendo, a
terminar la sopa, a lavarnos las rodillas, a persignarnos en la iglesia, a decir gracias... y
fuimos creciendo y pasamos a patear la pelota, ladrones y celadores, ampays, la bicicleta,
leer chistes, Invasión de Mongo en el cine, trompis, quiñe y cuarta... cuando en eso, vemos
que la hermana de fulano es bonita, tiene amigas que nos invitan a conversar, ir a verlas
salir del colegio, bailar, la playa, leer novelitas, afeitarse, helados con la propina,
seguimos avanzando, grupos de amigos cercanos, el equipo de fútbol, cine, paseos al campo,
buscar lectura, preceptos religiosos, fiestas con baile, me enamoro... sin saber bien cómo,
ya estamos en la universidad, hay otras gentes, el mundo es grande, ¿será cierto lo que nos
enseñaron?, viajes a lugares distantes, los padres no lo sabían todo, competir, deporte y
sexo, lectura honda, indagar por todo, ternuras y sinsabores, enfilar rutas... hasta que
llega el ¡terminé!, ahora bailo solo, me voy a casar, haré cosas, hay tanto por hacer, la
vida es eterna, nace mi hijo, más trabajo, escuchar música, invitar a comer, reñir, ya
ubicados en un ambiente, parten los padres, vista alta viendo horizontes más amplios,
escaramuzas de la vida, cambios substantivos, más hijos, distinciones, mejoran los ingresos,
cambios de rumbo, nuevos amigos, admiración y decepciones, el entorno social, alegrías y
sinsabores, la salud demanda atención, el ambiente político afecta... de pronto van
terminando cosas, descubrir un amor escondido que nos lleva al cielo, se van los hijos, se
acortan los ingresos, la fuerza mengua y el deseo persiste, cada vez necesitamos menos de
todo, el mundo se achica, el cuerpo se ha gastado...
Llegamos hasta aquí, con esplendores y desencantos, alegrías y
sinsabores, cicatrices y galardones, habituales acompañantes a un buen pasar. Bien entrados
en el segundo tiempo, avanzamos a consumar nuestro encuentro con la vida, para algunos habrá
un período suplementario... y vendrán otros cotejos, con nuevos jugadores... suerte
compañeros, es un hermoso juego el vivir.
Felipe de
Lucio
2005
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