la minería en el nuevo gobierno de Humala
Las acciones de la Cía. de Minas Buenaventura se cotizaban a cerca de $50 en abril de este año. Con
el proceso electoral y el ascenso de Humala en las encuestas sus acciones se vinieron abajo hasta
llegar a $36 en junio. La gente andaba diciendo que Humala subiría los impuestos, eliminaría la
estabilidad tributaria, se opondría a abrir nuevas minas, y de cuanto hay.
En un artículo de esa fecha yo sostenía que no sería así, que a la brusca caída le seguiría un
alza, gradual pero sostenida. Recordé el proverbio de los corredores de bolsa que dice: ‘los
precios bajan por ascensor y suben por escalera.
Hoy, a inicios de septiembre, Buenaventura se cotiza a $48. Los que la compraron en junio han
ganado 33% en dos meses. Algo parecido ha pasado con
Southern.
Esto es sólo un detalle ilustrativo de lo que yo creo está pasando. Durante toda la campaña
electoral y desde antes se venía diciendo que Ollanta Humala era un izquierdista simpatizante de
Hugo Chávez y cercano a la extrema izquierda peruana. Hasta ahora no hay nada de eso, más bien
viene mostrando todo lo contrario.
En su gabinete ministerial hay solamente un comunista, Aída García Naranjo y en un ministerio de
baja importancia política, el Ministerio de la Mujer. A los demás ministros pueden llamarlos lo
que gusten menos izquierdistas, comenzando por el premier Lerner. Y lo que Humala viene
haciendo en su primer mes de gobierno, lo confirma.
¿Y qué pasó?
La izquierda pedía a gritos los impuestos a las sobre ganancias mineras, la anulación de los
contratos de estabilidad tributaria, la suspensión de concesiones en ciertas regiones, y más,
cuando en eso sale Humala diciendo que a la minería le corresponde pagar 3,000 millones de soles y
no dice más. Esto debe haber sorprendido desde Javier Diez Canseco hasta la Sociedad de Minería,
pero ahí está, lo ha dicho el Presidente de la República.
Es que la izquierda cometió el mismo error de apreciación que la llamada "derecha peruana"
(si existe tal cosa). La izquierda, toda ella, desmenuzada como siempre, pensó que Humala sería un
militarzote socialista al que manejarían a voluntad.
Hasta ahora en nada parece ser así. Y los empresarios, como lo decían sus medios de comunicación,
creyeron que iban a perder sus privilegios y sus propiedades, también están sorprendidos al ver a
un hombre que no aparenta ser de izquierda ni derecha sino nada más que un hombre recto. Ojalá sea
así. Lo veremos en el transcurso de los próximos meses.
Felipe de Lucio
Septiembre de 2001
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