ESCULTURAS Y TEJIDOS PRE–COLOMBINOS DEL PERU COMO AGENTES TURISTICOS EN EL
EXTERIOR
“El Perú debería tener a
sus Esculturas y Tejidos Pre-Colombinos como Agentes Turísticos en el exterior.”
El Perú es
heredero de innumerables restos Pre–Colombinos que se encuentran tanto en el Perú como en el
exterior.
Los recursos turísticos del Perú no son usados para difundir y promover el turismo global hacia el
Perú debido a la falta de una atinada difusión, promoción y legislación.
Si se usa las obras de arte
Pre-
Colombino como Agentes Turísticos para difundir nuestros valores turísticos en el exterior; la
posibilidad de incrementar el flujo de turistas al Perú seria
inmejorable.
En primer lugar, el Perú siempre ha tenido a restos
arqueológicos como Agentes en el exterior. En los tiempos Pre–Colombinos. Las culturas
antiguas del Perú como Mochica, Chimú, Chancay, Caral, Nazca, Paracas, Wari, los Incas, etc. al
tener contacto a través del Océano Pacifico con otras civilizaciones tanto de Polinesia como del
Asia oriental, intercambiaron ciertos aspectos culturales alcanzados hasta entonces. Entre esos
aspectos destacan el idioma, raza, arquitectura, costumbres, religión, escultura, navegación
marítima, etc. Resalta la arquitectura de sus obras arqueológicas, civiles, religiosas y
militares. Sobresalen la construcción de pirámides, fortalezas, templos y formidables canales de
irrigación con sus acueductos. Coinciden en adorar al sol y la luna. Se asemejan en su
escultura de arcilla, metales preciosos, piedra y madera dejando indicios de inspiración
chino oriental. Durante la conquista y coloniaje. Los conquistadores españoles al oír en Panamá
sobre ingentes cantidades de oro más allá del mar del sur planearon y ejecutaron su exploración.
En sus primeros viajes por el mar del sur los conquistadores encontraron lanchas y barcos a vela
de los Incas. Les decomisaron sus tesoros de oro y plata, tomaron prisioneros a sus tripulantes
para entrenarlos como traductores y utilizaron la flota Incaica para transportar sus caballos.
Destruido el imperio de los Incas por los españoles, se inicia un intenso y despiadado “saqueo”
del legado histórico del Perú. Las esculturas principalmente de oro y plata fueron destruidas,
fundidas y llevadas a España. Desde la Independencia hasta Machu Picchu. En la era republicana
llegan con más frecuencia al Perú visitantes tanto europeos como americanos quienes recorren
todas sus latitudes estudiando su historia, arqueología y recursos naturales. A su retorno
llevan consigo ejemplares de cada cultura o especie natural del Perú con la finalidad de
completar sus estudios. El resultado de esos estudios y hallazgos se publican en libros y
revistas que atraen cada vez más a otros visitantes. El Perú se convierte en un lugar preferido
por historiadores, arqueólogos y aventureros. Esto despierta la acción de los “huaqueros” y el
tráfico ilegal en el mercado negro. La Expedición Yale–Peruana de 1911 bajo la dirección de
Hiram Bingham descubre Machu Picchu. Con sendas autorizaciones del gobierno peruano muchas de
las reliquias encontradas en Machu Picchu son llevadas a la Universidad de Yale en los Estados
Unidos para un exhaustivo estudio. En Abril de 1913, el reporte de Machu Picchu lleno de fotos
fabulosas recorre el mundo en la famosa revista National Geographic. A la par, las reliquias de
Machu Picchu se emprenden en un interminable viaje de museo en museo y de país en país. En
nuestros días. En el tercer cuarto del siglo XX con el beneficio de la tecnología moderna de
información, la riqueza arqueológica del Perú comienza a difundirse, y esto
posibilita que el turismo se acreciente hacia el Perú especialmente para ver la enigmática
maravilla de Machu Picchu.
En segundo lugar, la difusión y promoción de nuestros restos
arqueológicos deberían de ser en el lugar donde está el turista. Los restos Pre–Colombinos del
Perú no están desprotegidos en el exterior. Al traspasar nuestra frontera, los restos
arqueológicos del Perú se establecen en diversos museos, universidades, coleccionistas y
gobiernos donde se conservan en lugares especiales, son meticulosamente cuidados,
científicamente estudiados,
continuamente exhibidos y bien difundidos con tecnología informática de punta. El arte
Pre–Colombino como atracción. Contrariamente a lo que hicieron los conquistadores españoles y
otros casos aislados, es difícil pensar que en el exterior las reliquias peruanas podrían ser
destruidas o desechadas porque sus poseedores comprenden su inmenso valor histórico. A sus
poseedores les gusta tener y mirar cosas hechas por la mano del hombre sea este primitivo,
tribal o indígena. Su forma, figura, estética e ingenuidad en su ejecución son las cualidades
que los atraen. Educación turística del público en el exterior como prioridad. El público en
países desarrollados tiene amplia facilidad para ver el
arte Pre–Colombino del Perú en museos, exhibiciones, bibliotecas, etc. El público busca leer
libros (clásico y/o digital) sobre arqueología, mirar la televisión, la red Web, Google
Earth, etc. para educarse en temas de historia y arqueología como preámbulo a su plan de
vacacionar en lugares acogedores, enigmáticos y alejados del bullicio de la ciudad. Dicho
conocimiento el potencial turista lo difunde entre sus familiares, amigos y compañeros de
trabajo, y planea visitar el Perú para recorrerlo físicamente y ver con sus propios ojos lo
que imaginariamente los medios de información le han hecho sentir fascinado e incitado. Al
turista se le debe proveer las herramientas necesarias para que efectivice su educación. La
educación y motivación del turista extranjero va en detrimento del turismo al Perú cuando a
este se le priva la posibilidad de estar en contacto directo con los restos Pre–Colombinos
del Perú tal como lo hizo en su país con las esculturas de Machu Picchu por espacio de cien
años. Desafortunadamente, por una
disposición del gobierno peruano ellas fueron devueltas al Perú, y dejaron de ser el imán o
anzuelo del turista americano. Los procesos legales vigentes que se siguen a otros poseedores
de esculturas y tejidos peruanos similares a la Universidad de Yale tendrán como fin el mismo
infortunio. Esta situación no es promisoria para mejorar la dinámica de generar un mayor
influjo de turistas.
Finalmente, se debe
propiciar una legislación que potencialice la industria del turismo, usando las esculturas y
tejidos Pre–Colombinos del Perú como Agentes Turísticos en el exterior. El impacto de las
esculturas de Yale devueltas al Perú es negativo. Con mucha certeza, las reliquias de Machu Picchu
devueltas al Perú por la Universidad de Yale son un motivo de orgullo y dignidad para los peruanos;
pero no percibimos que ellas al estar en casa, irremediablemente serán vistas y apreciadas en el
Perú por un público reducido, que solo producirá un turismo de nivel local, que desdichadamente
caerán en el olvido, y que serán presa fácil de los traficantes que intentarán sacarlas del país.
Cualquiera sea el museo donde se exhiban en el Perú, ya sea en Cuzco, Trujillo o Lima, el hecho de
estar alejadas del lugar donde reside el turista extranjero, que acostumbraba a tener contacto
cercano y fácil con las reliquias, limita una mercadotecnia efectiva. El gobierno como regulador y
promotor del turismo.
La posesión de obras de arte Pre-Colombino en el Perú y en el exterior debe ser incentivada y
promovida por el gobierno. Cada ejemplar debería de
ser debidamente identificado, registrado y patentado con la finalidad de ser fiscalizado,
requerido, transferido, etc.
Dicha legislación permitirá que muchos de los restos arqueológicos ocultos en la clandestinidad por
temor a ser confiscados salgan a la luz. Además posibilitar el uso de las esculturas o tejidos del
Perú como Agentes Turísticos en el exterior y ser parte del engranaje del turismo global
a manera de
cartas de presentación.
Allí tendrán la misión de invitar a los turistas indecisos del exterior que no saben a qué lugar
del mundo ir en su próxima vacación.
Atraer a los arqueólogos y estudiosos a complementar sus investigaciones con
trabajos de campo en el Perú.
Todo este esfuerzo, optimistamente, tal vez nos posibilite encontrar otras ruinas como Machu
Picchu.
El Perú es el más grande
poseedor de restos arqueológicos Pre–Colombinos en Sudamérica. Ellos se encuentran diseminados en
su territorio de belleza sin igual compuesto de mar, costa, sierra y selva.
La difusión y promoción global del turismo requiere de cosas objetivas para que el
potencial turista vea en su país lo que espera conocer en el Perú. Es imperativo contar con
una legislación apropiada que incentive y proteja la posesión de dichos restos arqueológicos. La
distribución de Agentes Turísticos en todos los confines de la tierra sirve para captar el interés
de turistas, estudiosos e inversionistas.
Jesús Cabrera Zegarra
Jesuscab33@cs..com
Enero 10, 2012
|