Conga - ¿quién ganó, quién perdió?
La minería mundial
ha experimentado en los últimos años un crecimiento y una rentabilidad como jamás habíamos
visto. La desmesurada alza en el precio de los metales llevó a inversionistas de todo tipo a
invertir en minas. El precio del oro que por años estuvo alrededor de los $500 la onza, subía a
diario hasta llegar recientemente a $1,850 por onza. Muchos decían que llegaría a $2,000, algunos que hasta más. De
pronto empezó a bajar y a bajar, hoy está a menos de $1,600 y con esto de la crisis del euro y
posible elección de Putin en Rusia que ha ofrecido ayudarlos, así como lo oyen, la ex Unión
Soviética ofreciendo ayuda a Europa, y con el cobre, la plata y otros metales viene pasando lo
mismo.
Lo que hasta no
hace mucho era muy atractivo invertir en una nueva mina, ya no lo es tanto, y a medida que la
crisis se profundice lo será menos. Si Newmont ya
hubiera comenzado a invertir en hacer minas Conga, tendría que seguir, con o sin
crisis, Una vez que se invierte en levantar una
nueva mina, no se puede parar, sería un desastre hacerlo. Pero de pronto apareció un señor Santos diciendo que se iban a
perder unas lagunas que hay por ahí, movilizó a la población, hizo un paro regional, y obligó a
detener la inversión en minas Conga. Ahora Newmont
sí puede salirse de ahí y llevar su dinero a otra parte y para otras cosas. Buen favor le hizo Santos a Newmont, pero ahora qué les va a
decir a los cajamarquinos, pues nada, que pueden seguir pescando truchas en sus lagunas que
seguirán ahí, donde siempre estuvieron. ¿Y el
trabajo para las gentes?, Conga iba a dar trabajo a 7 mil, si trabajo es lo que quieren, parece
decir Santos, pues que se vayan a Lima a buscarlo.
Otro tanto ha pasado con Tía María
donde la Southern Copper se disponía a invertir 3 mil millones para abrir una mina de cobre en
Islay, Arequipa. Los pobladores de Islay se opusieron
diciendo que la mina iba a usar aguas del río Tambo que ellos necesitan para sus sembríos. La
minera hizo un estudio y decidió no usar agua del río sino bombear agua de mar y desalinizarla
ellos por su cuenta. Tampoco aceptaron y dijeron con agua o sin agua no queremos minas en
Islay. El debate llegó hasta el gobierno regional de
Arequipa donde su presidente, Juan Manuel Guillén declaró: “... por encima de los beneficios
económicos de la inversión privada se encuentra el valor superior de la vida de las personas como
fin supremo de nuestra condición humana”.
Ahora que el precio
del cobre que estuvo en $4.60 la libra y ha bajado a $3.30, Southern desvía su dinero a ampliar y
modernizar Toquepala y la fundición de Ilo y pone de lado Tía María para el futuro dejando a los de
Islay, como dijo su presidente: “guardando el fin
supremo de su condición humana”.
Y si seguimos
analizando las muchas otras posibilidades de inversión minera que tenemos, veremos que la figura
es la misma, dejar de lado el aspecto económico y centrarnos en el fin supremo del que nos habla
el señor Guillén.
Felipe de Lucio
Diciembre de 2011
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